46 Años del Chávez militar 6 de noviembre de 1971
Chávez es investido como Cadete en la Academia Militar de Venezuela
“Yo recuerdo clarito esos días de 1971 y
1972, ese fue para mi un ‘año monstruo’, la frase es de Nietzsche,
porque fue un tiempo de nacimiento: a los 17 años comencé a nacer, a ver
la luz verdaderamente, yo venía de allá (de Barinas), era un veguero”.
De esta manera, el Comandante Eterno Hugo Chávez se
refería -en el año 2011- sobre los 40 años de haber sido investido como
Cadete en la Academia Militar de Venezuela, luego de tres meses de
haber ingresado a esa institución, siendo adolescente y recién graduado
de bachiller.
Cuatro décadas después de su ingreso, el
primer Presidente Bolivariano revelaría que entró a la academia militar
con un guante de béisbol bajo el brazo y salió con el corazón y el
espíritu revolucionario.
“Se dice 40 años muy fácil pero ¡cuánto
ha pasado!” expresó ese día de conmemoración en 2011, cuando para
revivir los recuerdos recorrió la gigantesca Colina “Gato” en Fuerte
Tiuna, terreno que mil veces subió y bajó a pie cuando era cadete.
Chávez caminó hacia el punto de esa colina donde se ofrece la vista más
hermosa de todo el corazón del cuartel caraqueño y de las populosas
barriadas en su alrededor.
Al saludar a la vida, a la ciudad que
desde allí se siente, respiró profundo, rememorando a aquel joven Chávez
de los 17 años, y, reflexivo, como siempre fue, describió que en este
mismo cerro, cuarenta años atrás, miraba la miseria acumulada y reconoce
que no andaba buscando realidad alguna sino que se consiguió con ésta
que empezó a apabullarlo.
Desde ese instante algo sucedió en el
cadete Chávez. En este lugar surgieron – comenta – los signos
precursores de lo que se avecinaba. “Uno fue oliendo lo que venía.
Varias veces sentía que el cuerpo se me espelucaba, era como un terror
ante lo que se anunciaba”, dijo Chávez.
Historias y sueños de un muchacho venezolano “Tribilin”, como era
llamado por sus amigos, había ingresado a la Academia Militar el 8 de
agosto de 1971, con un guante de beisbol bajo el brazo y con el sueño de
seguir los pasos del beisbolista Néstor Isaías, mejor conocido como “El Látigo Chávez”. Pero
quiso la historia que la escuela militar, el ideal de Bolívar y Zamora,
las enseñanzas de Jacinto Pérez Arcay y la miseria en la que vivía el
pueblo venezolano, fueran formando al cadete Chávez para convertirlo en
el futuro líder de la Revolución Bolivariana.
El 5 de noviembre del 2011, un día antes de que se cumplieran 40 años
de su investidura de cadete, Chávez recordó, en una rueda de prensa que
ofreció en Fuerte Tiuna, el acto que lo convertía en cadete de la
República.
“Un día como mañana a nosotros nos
invistieron”, señaló en aquel entonces. “Es el día en que le entregan la
daga al cadete, es el juramento con el arma. Después de tres meses
duros; es un proceso muy exigente”. Y cuando recibió la daga, solo en
ese momento dijo el muchacho de Sabaneta: “la cosa como que va en serio,
y me entró un frío por dentro. Soy un soldado”, rememoró el Comandante
Eterno en 2011.
“Cuando entré a la vieja escuela militar
yo era, modestia aparte, buen estudiante, deportista y andaba buscando
camino, pero no puedo decir que era un bolivariano; no había tenido ni
siquiera militancia o participación política en mi liceo en Barinas. Lo
mío era el béisbol, los estudios y la vida de un muchacho de barrio y
pueblo”. No obstante el Comandante Hugo Chávez admite que allí “fue que
se hizo bolivariano”. “¡Ahhhh! ¡Fíjate!”, exclama.
FACILITADORA: YOLADI LOBO
No hay comentarios:
Publicar un comentario